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 DETRÁS DE LA VOZ

Por: Cristian Ocampo

Historia

19 de septiembre de 2019

CO: ¿Cuál es su profesión?

MR: Yo soy locutor profesional. Tengo una licencia de locutor que ya no sirve para nada, yo no cumplo función de locutor como tal sino de pregonero. Ese es el trabajo que yo hago en las calles de Bogotá. 

CO: ¿Qué tipos de pregón maneja?

MR: Hermano yo manejo 3 tipos de pregón: el pregón comercial como el que conoce todo el mundo. El pregón institucional como por ejemplo el de alcaldías locales y cosas así, y el Heraldo también, por ejemplo "vote usted por el más capaz, por el mejor", ese es el Heraldo. Yo hago esos tres tipos de pregón. 

CO: ¿Cómo fue el comienzo del perifoneo para usted y su papá?

 

MR: Mi papá estuvo en varias Vueltas a Colombia. Una vez estaba en San Cristóbal, Venezuela, porque allá empezaba la siempre la vuelta. A él lo contrataba la Licorera de Cundinamarca y él iba con su carro de perifoneo anunciando los productos. En esa época, en esa parte de Venezuela había muchos locales comerciales de electrodomésticos. A la gente le salía más barato comprar un televisor allá con viaje y todo, entonces la gente lo hacía.  Un día mi papá iba en el carro pregoneando el producto, cuando apareció un chino, un oriental y le preguntó a mi papá: ¿Usted que hace gritando todo el tiempo? Y entonces sacó una grabadora marca Philips y le dijo que hablara ahí, después conectó el cable al amplificador y se reprodujo lo que mi papá acababa de decir. Mi padre sólo compró 7 grabadoras de esas porque no había más (risa). Ahí empezó el perifoneo en Colombia y fue por medio de mi voz porque mi papá nunca grabó, él trajo los aparatos y yo me encargué del perifoneo.

CO: ¿Cómo fue su comienzo en la radio?

MR: Mi papá me contactó con un amigo de él que se llama Marcos Torres, le decían El mendocino con un aspecto particular, chaparrito gordito y muy elegante. Él fue un hombre de radio muy creativo en Colombia. Don Marcos tenía una emisora en AM que se llamaba Sonora y ahí fue lo primero que hice en radio fue ahí. Ahí también grabé varias cuñas de perifoneo para mi papá, para la empresa de él que se llamaba Correcaminos. 

CO: Hábleme un poco de su papá.

MR: Gracias a Dios mi papá ha tenido una vida muy longeva. Ayer cumplió 88 años. Él fue torero y tuvo programas en la radio, programas taurinos. Tuvo un programa que se llamaba aquí está su tango. Él le decía a la gente "i usted quiere oír su tango, traiga el disco". Mi papá llegó a tener una colección de discos impresionantes. Todo el mundo llegaba y dejaba el disco para que lo pusieran y era muy poca la gente que lo recogía después.

CO: ¿Y su mamá?

MR: Mi mamá murió hace como dos años de enfisema pulmonar crónico. Ella estaba muy mal, gracias a Dios él se la llevó. Ella fumaba mucho cigarrillo y a lo último por la falta de oxígeno en Bogotá se sentía muy mal. Ella compró casa en San Martín, Meta para mejorar el tema de su salud. Después se fue para Cali porque allá vive una hermana de ella y allí pasó sus últimos días. Ella siempre fue una mujer muy camelladora hermano. Nunca nos faltó nada y siempre estuvo al lado de nosotros.

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Foto saca por: Cristian Ocampo

CO: ¿Tiene hermanos?

MR: Si claro, mi papá tuvo 30 hijos en Bogotá, sin contar los de los otros municipios (risa).  Tuvo una cantidad de hijos, mi papá dice que 30 y por eso usamos ese número ahí cabalístico. Mi papá nunca tuvo una mujer que le durara más de cinco años. Siempre pasaba algo y él se iba y claro, el bebé quedaba ahí de 5 años. En ese sentido mi papá si fue muy irresponsable y en esa época no existían demandas por alimentos ni nada de eso. Hubo un momento que pagaba cuatro arriendos. Con mi mamá pasó algo similar, mi papá se fue y yo lo volví a ver hasta que tenía como 17 años.

CO: ¿Cómo fue ese reencuentro con él?

MR: Yo vivía en Fontibón y un día pasó un carro vendiendo imágenes de San Gregorio con una oración y estatuillas. Mi hermano, el que mi mamá tuvo con él, fue el que me dijo que ahí iba él vendiendo eso. Yo me fui a mirar a ver cuál era mi papá. Él estaba echando micrófono y entonces me metí entre la gente. Todo el mundo pagaba con billetes de 100 pesos y recibían su imagen de San Gregorio, y entonces yo le pregunté si él era Jaime Rincón y me dijo que efectivamente sí era. Yo le dije que era Luis Miguel Rincón y él soltó ese micrófono, se salió del carro y me abrazó y me metió al carro por el lado del chofer y acabó la venta de ese día. Fue un detalle bacano. En esa época yo vivía con mi hermano, mi mamá y el esposo de ella, a ese señor también lo quise mucho, aprendí mucho de él.

CO: ¿Luis Carlos Pérez?

MR: Luis Carlos Pérez sí señor.

CO: Hábleme un poco de él por favor

 

MR:  Luis Carlos era miembro de la dirección del Partido comunista. Fue trabajador de Gaseosas colombiana, allá fue donde mi mamá lo conoció. Fue jefe del sindicato en la empresa hasta que lograron echarlo, entonces el partido lo acogió en su seno; le ofrecieron trabajo y empezó a trabajar en el PCC. Él fue de lo duros del Partido comunista, incluso llegó a trabajar y reunirse con miembros de las FARC en varias ocasiones. Hacían reuniones en mi casa. Luis Carlos era experto en derecho laboral sin ser abogado. Él viajaba por todo el mundo como canciller del partido. Antes de que subiera Pinochet al poder en Chile, él viajaba allá cada dos meses y también estuvo en la Unión Soviética. Él viajaba a Rusia dos veces por año. 

CO:  Me imagino que él le dejó muchas enseñanzas.

MR: El viejo nos consentía mucho. Nos traía juguetes raros de otros países. Él sembró muchas cosas importantes en mi cabeza. Me enseñó a ver la vida con una visión crítica, siempre me dijo que tocaba darle la posibilidad al otro, por ejemplo, usted me dice que ese teléfono es blanco, pero yo digo que es negro y mi Luis Carlos decía algo como "si alguien dice que ese teléfono es negro, contemple esa posibilidad, no se cierre". Yo después con todas estas ideas organicé una máxima de la filosofía de Miguel Rincón y es algo así: El grado de estupidez de una persona se miden por la cantidad de cosas que no le gustan. Esto lo digo porque mucha gente dice que no le gusta algo sin ni siquiera haberlo probado o intentado. Muchas veces la gente dice que no le gusta algo que no conoce o que no sabe hacer. La forma de ver la vida de mi padre biológico y mi padrastro eran muy diferentes.

CO: ¿Cómo se dio la muerte de su padrastro?

MR: A él lo mataron saliendo de la oficina, eso pasó durante la masacre de la Unión Patriótica, los paracos mataron 5 mil miembros de la UP. Lamentablemente ahí quedó el viejo. A veces nos llamaban a la casa para amenazarnos. Él siempre tenía escoltas. Esos escoltas eran enviados por gente de las FARC.

CO: Después de todo lo que sucedió en su entorno ¿Qué ideología política tiene?

MR: Yo fui comunista, me mandaron a estudiar a la Unión Soviética. Allá estuve 8 meses haciendo la Escuela Internacional de cuadros. Acá en Colombia estudiábamos textos marxistas como el Qué hacer? De Lenin, eso se hacía por medio de unas células que hacían parte de un comité radial, ese comité radial hacía parte de un comité zonal, y ese zonal hacía parte de uno regional. Todo esto era compuesto por uno central. Yo pasé por todas estas escuelas y luego lo mandaban a la Escuela Internacional de cuadros que era en la Universidad Patricio Lumumba en Moscú, era un curso de ocho meses donde se veía economía política, lucha en la clandestinidad, lucha armada, liderazgo de masas, etc. Usted salía como un agitador profesional. Cuando yo me fui para allá estaba dispuesto a dar mi vida por la revolución. Yo me iba a ir para el monte pero Jacobo Arenas, amigo de mi papá no me dejó. Yo era un fanático del comunismo. La fórmula socialista es "De cada cual según su capacidad y a cada cual según su trabajo", la fórmula comunista es "De cada cual según su capacidad  y a cada cual según su necesidad", fórmulas de economía política marxistas.

CO: Cuénteme de su experiencia en la Unión Soviética.

MR: Hermano, yo cuando llegué a Moscú, me desencanté con detalles muy maricas, por ejemplo, con el tema de la universidad. Esa universidad era gigante, 4 veces la Nacional, pero cuando entré a los baños me sorprendí porque no había papel higiénico sino hojitas de papel periódico metidas en un alambre ahí, no había papel higiénico. Con un jean, conseguía el polvo que quisiera, la mujer que usted quisiera. Yo tengo un abrigo ruso ahí guardado. Lo conseguí porque un día que iba caminando por la calle con una compañera ecuatoriana que hablaba ruso, nos paró un soldado y empezó a hablarnos y mi amiga me dijo que el señor lo que quería era comprarle el jean. El hombre hablaba y me mostraba el abrigo. Yo estaba asustado. Mi compañera me decía que el soldado me cambiaba el abrigo por el pantalón y me daba cinco rublos. Yo le dije que fuera a la universidad y cuadrábamos allá y no, el señor lo quería ahí mismo. Yo tenía ropa interior de invierno, de esa larga, entonces me quité el pantalón, se lo di y me puse el abrigo y también me entregó los 5 rublos. Fue una anécdota muy curiosa. Pero me desencanté del tema por esa carencia de lujo, por ejemplo, las mujeres con unas medias veladas eran diosas, conseguían el hombre que quisieran (risas). Nada de cosméticos, nada de cuchillas de afeitar, eran hojas para afeitar y ellos las afilaban, imagínese.

CO: ¿Usted cree que la dictadura del proletariado es factible?

MR: No Cristian, no sirve y le voy a explicar por qué. Por ejemplo, allá el que mandaba era el proletariado entonces por ejemplo el ingeniero le decía al trabajador "tráigame esas cajas por favor" y el empleado respondía "tráigalas usted, yo no tengo por qué hacer eso, no ve que yo soy el proletariado, la clase obrera, el que maneja este país". Eso complicaba mucho la producción de bienes porque no los trabajadores no hacían caso. Tenían tanto en la cabeza que eran los dueños del país, que no hacían nada. Por ejemplo, un bus, porque lo viví en carne propia. En el paradero la gente sentada con ese frío tan berraco ahí todos tapaditos y uno veía que se acercaba el bus desde lejos y pasaba de largo. ¿Por qué no paró? Porque el contrato de esa gente decía que tenía que hacer cierta cantidad de recorridos en un tiempo determinado y como algunos iban sobre el tiempo, simplemente no paraban. A ellos les pagaban para llevar el bus en cierto tiempo sin importar si estaba lleno o vacío. Era un desorden social, no había quién obedeciera, todos mandaban, pero nadie obedecía, eso produjo un problema para la economía. La gente iba a trabajar por cumplir, nadie trabajaba.

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Foto saca por: Cristian Ocampo

CO: ¿Y si el comunismo fuera global?

MR: No funciona, por una sencilla razón, el socialismo y el comunismo es igualdad, pero hermano, el ser humano tiene algo particular y es el hecho de que cada uno quiere ser superior. Eso son maricadas, aquí usted no quiere ser igual a nadie. Eso es absurdo, por ejemplo, en China, fíjese usted que Mao, uniformó la gente para que no estuvieran jodiendo con cosas como, que mi pantalón es más fino que el suyo y esas pendejadas. Todos con el mismo uniforme, hombres y mujeres. La superioridad frente al otro, es inherente al ser humano. Siempre se demerita lo ajeno y se engrandece lo de uno. Partiendo de esa base, el socialismo no sirve. El sistema de pronto en teoría puede que sea correcto, pero el ser humano es muy complejo y es difícil que este sistema prospere.

 

CO: ¿Cómo sigue de salud?¿Se recuperó del cáncer?

MR: Yo no me siento con cáncer, no me duele nada, pero a veces me siento como ahogado, apretado. Cuando me diagnosticaron cáncer, yo vomitaba y vomitaba. El dolor era duro. Me hicieron exámenes en cancerología. Me recetaron siete sesiones de quimioterapia, pero fui a una no más, porque eso es muy doloroso Cristian. A mí me da risa la gente que se pone a luchar contra el cáncer y contra Dios.  Yo tengo una fe grande en Dios y en los milagros. Yo veo milagros a diario. Me siento mal por el bazuko, eso si me genera ciertos dolores en el cuerpo, pero nada más. El bazuko si me tiene jodido.

CO: ¿Cómo fue el camino que lo llevó al bazuko?

MR: Yo hice parte del movimiento hippie, tuve cabello largo y fumaba mucha marihuana. Yo tenía una novia y nos organizamos. Cuando vivíamos juntos fumábamos marihuana casi todos los días. Un día en Fontibón, cerca de la carrilera, nosotros vivíamos ahí cerca. Salí a comprar marihuana que me alcanzaba para dos o tres días. La persona que me vendía la marihuana se llamaba Pablo, ojalá Dios lo tenga a fuego lento a ese hijueputa. Ese día me dijo "¿usted no ha probado el bazuko?" Yo le dije que no sabía qué era eso. Él me mostró la papeletica de bazuko, una cosa pequeña. Pablo me dijo que me la regalaba para que probara, que armara un bareto y que pusiera el polvo sobre la marihuana. Hermano a las 7 de la noche estábamos mirando cómo conseguíamos dinero para comprar más bazuko. El bazuko produce una sensación sexual sin reservas sin barreras. Nos gustó mucho y ahí quedamos atrapados.

CO: ¿Ella es la mamá de sus hijos?

MR: Sí ella es la madre de mis hijos, una mujer hermosa. Hace 12 años murió gracias a Dios si no, estaría por ahí en la calle mamándolo en la esquina, seguro estaría por ahí haciendo lo que sea por bazuko. Todas las noches a las siete, acostábamos a los chinos y nos poníamos a fumar. Pero a las seis de la mañana estaba Clara ya levantando a los pelados para mandarlos al colegio. En el día no fumamos nunca, sólo en la noche. Metíamos en pipa, a eso se le pone ceniza de cigarrillo para que sirva como filtro y después encima se ponía el polvito. Nos volvimos adictos, acá donde me ve, estoy es que me lo echo, estoy que me fumo.

"A mí me da risa la gente que se pone a luchar contra el cáncer y contra Dios".

 

CO: ¿Cómo controla el tema de la adicción?

MR: Es difícil controlarlo, cuando se hacen ejercicios como este tipo de entrevistas para trabajos universitarios o conversar con gente, me ayuda mucho, yo le llamo terapia para reducción de consumo, pero es complicado. A veces me toca decirle a la gente o me espera o nos vemos otro día porque estoy que me fumo. Me empieza un desespero y siento muchos dolores en el cuerpo.

 

CO: ¿Cómo manejan ese tema sus hijos?

MR: Soy bendecido con mis hijos. Yo aquí en la casa no pago nada, ni servicios ni comida, nada. Si necesito para el bazuko yo les pido. Ahí con mala cara me los dan. Nunca me han faltado los 2500 para la bicha. Yo realmente los amo. Ya todos estudiaron, trabajan, incluso ya soy abuelo, una de mis hijas concibió a mi nieta y la adoro con el alma. Todos me apoyan, cada uno ya tiene su vida pero realmente ninguno me ha dejado abandonado.

CO: Pasemos al tema laboral suyo, tengo entendido que usted cobra 40 mil pesos por grabación.

MR: Sí ese es el costo, para radio la tarifa si está en 300 mil pesos. Ahorita grabé unas cuñas para el periódico Q´hubo y ese es el valor que les cobré. Fueron 5 las que les grabé, pero gracias a Dios el trabajito no falta. Aquí estoy esperando que me paguen la otra mitad.

CO: ¿Cómo se ve en 10 años?

MR:Pues hermano la verdad si no me he muerto espero estar trabajando en lo mío y tener muy cerca a mis hijos. Yo la verdad no pido mucho, desde que pueda trabajar, estar con mis hijos y fumar yo me siento muy contento.

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